Para optimizar una instalación de autoconsumo fotovoltaico previamente hay que estudiar el perfil de consumo eléctrico y su utilización horaria, analizando uno a uno todos los equipos eléctricos y su uso horario para hacer un uso racional de la energía.
Habitualmente en una vivienda no se realizan acciones tendientes a economizar y hacer un uso racional de la energía.
Por este motivo la primera consideración para obtener una óptima solución para el autoconsumo fotovoltaico es la evaluación del perfil de consumo actual.
Las primeras preguntas que se deben responder son:
Se está utilizando iluminación de bajo consumo?
¿Se utiliza calentador de agua? El calentamiento de agua es uno de los gastos de energía más grandes en una vivienda.
¿Se utiliza Aire Acondicionado y/o Calefacción?
¿Se utiliza Electricidad para cocinar?
La utilización de iluminación representa una economía del 80% del consumo. En el prototipo que diseñamos está considerado que toda la iluminación es de bajo consumo.
Existiendo métodos solares térmicos para el calentamiento del agua, el uso de este sistema es indispensable para el Prototipo. Sin ser este un método fotovoltaico es un componente que se debe implementar para lograr un modelo eficiente.
Estos dos componentes cotidianos en una vivienda representan artículos básicos con un consumo muy representativo. Para solucionarlo se deben tener en cuenta algunas consideraciones.
En el caso de los aires acondicionados es importante evaluar la antigüedad, equipos con más de tres años no son eficientes, en este caso se recomienda reemplazarlos por equipos nuevos.
Hoy día el precio de los aires acondicionados ha bajado bastante y además en el mercado se ofrecen equipos ecológicos que consumen mucho menos y son mas eficientes en su servicio.
El otro aspecto es la calefacción, lo más usual es la utilización de sistemas con combustibles fósiles. Si bien esto no nos afecta dentro del consumo eléctrico, nuestro prototipo utilizara energía solar térmica para la calefacción.
Nuestra instalación estará calculado para utilizar la electricidad para cocinar, el motivo es el mismo que en el caso de la calefacción, la reducción de emisiones de CO2.
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